En estos momentos está teniendo lugar el funeral en Las Palmas por el cabo Cabello, de 25 años, con asistencia del Príncipe don Felipe y del Presidente Zapatero. Es la víctima 88 del conflicto de Afganistán, en donde están incluidos los que cayeron en acto de servicio en el Yak 42, de tan infausta memoria.
Es una guerra que está provocando un gran debate en todos los países implicados cuya población advierte que lejos de ir avanzando en su resolución se está cada vez peor: los talibanes cada vez ocupan y controlan más territorio y la sombra de la derrota de la antigua URSS es cada vez más evidente. A los americanos, que son los más implicados, les trae a la memoria Vietnam y las protestas que se están produciendo son un calco de las de aquellos días.
La gente es consciente de que allí se ha montado un campo de batalla para combatir el terrorismo islámico y evitar que éste se plante de nuevo en Nueva York, Madrid, Londres y en otros lugares del mundo. Aunque también circulan teorías acerca de que allí se estarían librando otro tipo de batallas, geopolíticas y económicas, para el control de productos energéticos procedentes de Asia, razones estas que no sabemos si es consciente de ellas el Gobierno español y, desde, luego los familiares de esos 88 caídos, entre los que se encuentra la madre de la última víctima que creía que su hijo había ido allí en labores humanitarias a una zona peligrosa pero con unos medios materiales apropiados que no han resultado suficientes para su protección.
Sobre esto último ha dicho Rubalcaba: “los vehículos blindados se están cambiando para ser sustituidos por otros más seguros, aunque no es algo que se compre en el mercado, sino que su encargo y fabricación lleva su tiempo», refiriéndose a la muerte del cabo Cristo Ancor, muerto al pisar una mina antitanque el vehículo Blindado Medio de Ruedas (BMR) en el que viajaba., “ En este caso, la mina anticarro está «justamente pensada y preparada para llevase por delante cualquier blindado». «Desgraciadamente esto es así», “ los ataques de la insurgencia a veces te tocan y a veces no».
Explicación que no creemos haya consolado y satisfecho mucho a los padres de Cristo Ancor o la de los que han caído anteriormente.
