La frase sigue el esquema de aquella que don Manuel pronunció un día: “El mejor terrorista es el terrorista muerto”, algo que escandalizaría sin duda en el día de hoy a los exquisitos demócratas de su partido que en día alternos recuerdan al actual Gobierno los horrores del GAL, algo que a la multiempleada Cospedal le pone sus rubios cabellos de punta y no digamos a Soraya la grácil modelo de El Mundo, que ponen a parir-es un decir-a la Vice, sin proponer ninguna solución, no dicen, por ejemplo qué hubieran hecho con los piratas somalíes, si habrían asaltado el barco o habrían ametrallado a los piratas después de que cogieran el dinero y salieran corriendo.
Lo del “terrorista muerto” tendría que ser sustituido por sus compañeros de partido, por Trillo y Cía, por “los terroristas han de ser apresados con toda delicadeza, se le han de leer sus derechos y han de ser presentados ante el juez, preferentemente ante uno que no sea Grande Marlaska que parece que últimamente les ha puesto la proa, no los deja vivir”
Por lo tanto decir lo del “atentado fallido” es mejor que decir que el atentado había producido una carnicería en la casa-cuartel de Leiza, en donde asesinaron a un guardia civil en 2002, y en dónde en el día de hoy otro guardia civil sólo ha recibido cuatro balazos, uno en un brazo y tres en el pecho, no habiendo fallecido porque llevaba el chaleco salvavidas.
La novedad que se está abriendo paso es la de que no es seguro que pertenezcan a ETA los dos individuos sorprendidos por el guardia civil herido cuando manipulaban varios tubos de PVC y una fiambrera de la que salían varios cables como si estuviesen construyendo un lanzagranadas o una bomba lapa. Si no pertenecen a ETA tendrán que averiguar a que organización pertenecen esos individuos que se dedican de madrugada a esas extrañas prácticas y a tirotear a un guardia civil.
