Salió finalmente la opción C, la que nos parecía más improbable porque además era la rechazada por la derecha mediática, Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos y César Vidal, entre otros: así que jugábamos con ventaja. Parece que Rajoy y su niña les han salido respondones. A este paso los santones que han decidido darle el matarile a Rajoy nos pueden convertir en rajoyistas, si es que esta palabreja ha sido escrita alguna vez. Y esto por la sencilla razón de que antes de que comenzara el Comité Ejecutivo Nacional del PP, el Sr. Pedro Jota, antaño íntimo de Aznar, fue famosa la foto en que ambos matrimonios veían la Semana Santa en un balcón del pueblo Carabaña, con un simbolismo parecido a la foto de la tortilla que selló la unión entre Guerra, Felipe y Chaves, ha sentenciado que el aznarismo ha muerto y su sucesor a dedo ha tocado techo.
Es peligroso que este gurú de la prensa española que mete tanto las narices en la res pública recomiende un nuevo proyecto en el que entrarían como candidatos Rodrigo Rato, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Augura para el Partido Popular si no sigue sus consejos cuatro años de inexorable travesía del desierto. Por su parte Rajoy cree posible enjugar esa diferencia de algo más de tres puntos sobre todo si suelta esos y otros lastres de todos conocidos. Aunque si el martillo pilón que se puso en marcha la misma noche del 9-M continúa machacando no creemos ni que llegue hasta el próximo congreso del partido. Aunque en este caso la conspiración no sería contra el gobierno socialista sino contra el candidato de un partido al que apoyaron y equivocaron muchas veces.
Para refrescar la memoria y para que vean de lo que son capaces traemos a colación aquella conspiración, que consiguió mandar a casa a Felipe González, urdida por un grupo de periodistas, juristas y financieros para acabar con la figura política de Felipe González, en primer término, y conseguir la abdicación del Rey, en segunda instancia. Así lo contó en su día Luis María Anson, ex director de «ABC» y que asistió a muchas de las reuniones donde se discutían estos asuntos. La fórmula empleada para conseguir estos fines, según ha dicho el propio Anson, fue elevar la crítica y la crispación «hasta rozar la estabilidad del Estado». Tenían buenas excusas: los GAL, el secuestro y tortura de Lasa y Zabala, la malversación de los fondos reservados, la vida y milagros de Luis Roldán y un rosario de escándalos ocurridos durante el gobierno socialista.
Para colmo Pedro Jota ahora alaba a Zapatero del que dice que ha sido el vencedor claro y rotundo de las pasadas elecciones y que sus resultados son recompensa a su pasión por la política y al que califica de vampiro seductor y con gran sangre fría a la hora de asumir posiciones radicales.
Si esta entente prospera se lo van a poner muy fácil a ZP y sus muchachos.
