En el primero, y como les anunciábamos ayer, aparece José Bono echando a las víctimas del franquismo, o al que sacó la bandera republicana, una reprimenda por haber cometido una ilegalidad. De todas formas, el abanderado consiguió su objetivo y además se oyeron vivas a la República acompañados de aplausos. Lo que no sabemos es si hubo división de opiniones o aplausos para todos: para Bono, para ellos mismos o para el sursum corda. Hoy el dimisionario de IU, LLamazares, ha llamado a Bono maleducado además de afirmar que la tricolor es la bandera de la democracia. Espero que también nos conceda que la rojigualda, en estos momentos de la historia la constitucional, también lo sea.
En el segundo, más extenso, se recogen una serie de actuaciones, como las de señalados cantantes dando un concierto en Vista Alegre en honor de 400 represaliados por el franquismo y que lo pueden contar con su presencia física: narran algunas de sus vicisitudes y torturas en los distintos presidios. Eso es memoria histórica.
También recoge la entrega del Castillo de Monjuich por parte del Estado al Ayuntamiento de Barcelona: es un lugar fundamental de la ciudad, cargado de historia, presidio, testigo de muchos fusilamientos, entre ellos el de Companys, de franquistas primero y de republicanos después. Ahora será un lugar de paz y para el recuerdo de lo que fuimos. Eso es memoria histórica.
Esperemos que los intentos de recuperación de la Memoria Histórica no sigan provocando sarpullidos en algunos señores con sotana o nostálgicos de las botas, correaje, cinturón y el pelo engominado- no sabemos por qué estos adminículos pertenecen a la estética fascista-. Nadie debe rasgarse las vestiduras como en ocasiones ha ocurrido: es un sano ejercicio recordar lo malo o lo bueno que hayamos hecho como pueblo, a ver si así somos más civilizados y tolerantes en el presente y en el futuro.
