La ley respaldada y firmada por el presidente afgano, Hamid Karzai, es una aceptación expresa de la violación dentro del matrimonio: es una ley que impide a las mujeres negarse a practicar sexo y salir de casa sin el consentimiento de sus maridos. Con esta actitud supone que ganará más votos en las próximas elecciones.
Esta ley supone una burla a los Derechos Humanos básicos recogidos en la Constitución del país porque contiene artículos que prohíben expresamente a las mujeres a abandonar sus hogares sin el permiso de su marido. Sólo pueden buscar trabajo, ir al colegio, o visitar al médico con permiso de su esposo, al tiempo que no pueden rechazar practicar sexo con su cónyuge. Además la normativa garantiza la custodia de los hijos únicamente a sus padres o abuelos.
Afirman que la nueva ley es peor que con los talibán cuando estaban en el poder hasta que en 2001 fueron derrocados por los norteamericanos.
A pesar de que la constitución y varios tratados internacionales firmados por Afganistán garantizan la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, permite a los Shias (seguidores de Ali), que representan aproximadamente el 10% de la población, a que tengan más de una familia en base a la jurisprudencia tradicional Shia: es que
Karzai ha querido contentar a los Shia antes de que se celebren las elecciones.
Occidente se sigue implicando en Afganistán de donde los rusos salieron como salieron. Seguramente Estados Unidos y sus aliados son más optimistas y piensan que van a poder cambiar un país con estructuras y modo de ser medievales, con la inmensa corrupción y con el terrorismo talibán: Obama ha heredado la preocupación de sus antecesores, lo que demuestra que la política exterior americana -Israel, Palestina- varía poco y así ha presentado una estrategia integral para vencer a los talibanes y a Al Qaeda en Afganistán, mediante un plan con un fuerte componente civil, económico y diplomático. En el terreno militar, anunció el envío de 4.000 soldados adicionales a los 17.000, cuyo despliegue ordenó el mes pasado y que se sumarán a los 38.000 que ya tiene sobre el terreno.
En cambio el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, ha considerado que la «americanización» de la operación militar en Afganistán «no sería buena ni para la misión ni para la OTAN», por lo que ha instado al resto de los aliados a «cumplir su parte» y hacer un mayor esfuerzo civil y militar. «Esta no es la guerra del presidente Obama»
En lo que respecta a España, Obama, y Zapatero, hablarán, entre otros temas, sobre los pasos a seguir en Afganistán, la estabilidad en los Balcanes y el cambio climático cuando se reúnan el próximo 5 de abril en Praga. Moratinos ha dicho que
España está abierta a enviar a miembros de la Guardia Civil a Afganistán dentro de una misión europea de formación de policías afganos.
