El portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso lee un comunicado al término de la reunión que se ha celebrado esta tarde en el Congreso de los Diputados para expresar de forma conjunta su rechazo a la última ofensiva de ETA., en el que aseguran a los etarras que «nunca conseguirán sus objetivos» y les advierten de que sólo les espera la ley, la acción policial y la Justicia y donde además se reconoce la labor «abnegada» de las Fuerzas Armadas, tras el asesinato del brigada Luis Conde mediante un coche bomba en Santoña.
La declaración ha sido suscrita por todos los partidos con representación parlamentaria sin excepción (PSOE, PP, CiU, PNV, ERC, IU, ICV, BNG, CC, UPyD, Na-Bai), así como por las patronales CEOE y CEPYME y los sindicatos CCOO, UGT y USO.
Ha hecho declaraciones aparte el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, seguramente por sentirse en estos momentos en un doble punto de mira, el de los terroristas y el de los que creen, y son legión, que su partido mantiene una posición ambigua ante el terrorismo. No vemos ninguna relación entre esta creencia generalizada en su ambigüedad y el flaco servicio que, según él, se le hace a la memoria del militar asesinado esta madrugada por ETA en Santoña.
Sin poder entrar en sus mecanismos mentales, ayer Ibarretxe afirmaba, después de los atentados de la banda que se saldaron con sólo once heridos y “cuantiosos” daños materiales, que pensaba seguir haciendo política y hoy, ya con muerte por medio, ha asegurado que los atentados de ETA le dan cada vez “más asco” y calificó el ataque a la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa como la “mayor salvajada de los últimos tiempos” por sus pretensiones de matar.
Todo igual, todo muy previsible: pasan los años y parece que se avanza muy poco en la erradicación del terrorismo etarra, un fenómeno que surgió en la segunda mitad del siglo XX y donde se echa de menos la falta de imaginación de los políticos de turno y también los verdaderos deseos de la sociedad vasca de que cambie el mapa político, que se repite una y otra vez, elección tras elección.
