Antes de que suframos una derrota, ahora que el espíritu patrio inflama las calles, plazas y estadios de Austria, enviamos estas fotos que dan una idea de la euforia de nuestras avanzadillas de aficionados que han ido a animar a nuestros colores que tiñen de rojo y de alegría todos los lugares por donde pasan, al grito de” illa,illa,illa, Villa maravilla”, al mismo tiempo que alguien del grupo hace de torero o de toro, para dar unos pases o unos pasos de rumba.
Antes era Carlos V el que iba por aquellos pagos y se salvó a uñas de caballo de caer prisionero en Innsbrück, ahora es Manolo el del bombo, Luis Aragonés, a quien alguien una vez le puso «El Sabio de Hortaleza, pomposamente, y miles de hinchas españoles los que están consiguiendo meterles el miedo en el cuerpo: van llenándolo todo de ese sabor típico español, desprovistos de posibles complejos que se dejaron en la frontera, como también les ocurre a los tiffosi o a los hooligans. No es que huyan del tópico o de aquello por lo que somos conocidos en Europa y en el mundo: es que disfrutan con ello y sufren una metamorfosis nada más subir al avión o al autocar, y no sería extraño ver a un catedrático de Lógica, de palmero, en uno de los corrillos que ayer vimos en Innsbrük, seguramente sin tener ni zorra idea del compás de los tanguillos o de las rumbas, algunas en su versión catalana, versión Carod Rovira, a quien dicen que se le dan muy bien en las celebraciones familiares. Ayer vimos en un breve reportaje hinchas disfrazados de guardias civiles con sus correspondientes tricornios, al incombustible Manolo el del bombo , lleno de moral y de decibelios, que nunca jamás presenció la conquista de ningún campeonato, a falsos toreros, a hombres vestidos con faldas rocieras, y a unas hinchas-según Bibi debería decir acompañadas de “hinchos” -bailando en un corro y siendo jaleadas frenéticamente o unos supuestos bailes flamencos.
No crean que decimos esto en tono crítico, sino como la constatación de la realidad, de cómo obedecemos ciegamente los tópicos, sin miedo al ridículo, sin vergüenza ajena que valga, lo cual nos parece muy bien, somos así, y así seremos para siempre por mucha Unión Europea, por mucho mestizaje, por mucha Alianza de Civilizaciones… pero, por favor, con estos esfuerzos encaminados a animar a la Selección de Fútbol, a ver si esta vez pasamos de cuartos, para que así estemos más tiempo por Europa en nuestra eterna exportación de tópicos, desde que pusimos muchas picas en Flandes, después enviamos a Fabiola y a centenares de miles de compatriotas para que engrandecieran a Europa y ahora la folklórica marea roja de nuestra hinchada que llevan como credencial y punta de lanza a Casillas,Torres y Villa. De momento y una vez más estamos siendo el pasmo de Europa, como cuando los Tercios de Flandes.
