¿Es el fútbol un fenómeno sociopolítico?

Baptista conduce el balón ante el jugador del F.C. Barcelona Ronaldinho durante el encuentro que ambos equipos han disputado esta noche en el estadio del Camp NouExisten muchos indicios para que así sea considerado.

En el siglo pasado al ser el Real Madrid tachado de quipo del Régimen todo el que estaba en contra del Sistema,- léase Franco-, tenía en el punto de mira de la antipatía y el desprecio a tan gran club, el considerado por la FIFA el mejor club de fútbol del siglo XX, que es como decir el mejor club de fútbol de la historia.


Ya en los últimos recodos del camino que conduce al largo viaje aquel equipo denostado y a nuestro juicio politizado es para muchos el club de referencia, sin importar si juega bien o mal, si gana o pierde, de otro tipo de valores, como el orgullo de estar bien representados deportivamente en el orbe futbolístico o símbolo de algún tipo de cohesión territorial en tiempos en que algunos se sienten centrífugos.


El reducido grupo de los separadores o de los separatistas, que los politólogos si hacen distingos entre ambos términos, se agrupan también, aquí y ahora, en torno a dos de los más grandes: el Madrid y el Barcelona. Y haga lo que haga este último se produce muchas veces la quema de banderas de la Nación con mayúsculas, casi siempre a lo largo de las Rambla de las flores, su arteria más notoria.


Si ganaba el Barça, quema de banderas pidiendo la independencia, si perdía también se quemaban pero con más saña si cabe. E incluso en algunos casos se producía un pico en las estadísticas de los malos tratos a las parejas si perdía el Barça. O al menos eso decían a sus señorías las señoras apaleadas:” Cuando pierde el Barça me pega más todavía”. Podemos hacer lícitamente una extrapolación de estos datos: no importa qué equipo pierda, el maltratador siempre estará dispuesto a serlo. E incluso su presidente con apariencia de moderado ha radicalizado últimamente su discurso político acampando en los territorios de Rovira. Dicen que incluso una vez llegó a bajarse totalmente los pantalones en un aeropuerto. Imaginemos lo que hubiera hecho ahora cuando su equipo ha perdido con el Madrid y con Ronaldinho en baja forma. Y es que para muchos aquello de som mès que un club es un pesado lastre.


Por el contrario cuando el Madrid gana y sobre todo cuando pierde, también surgen grupúsculos xenófobos y anti Zapatero-que es del Barcelona, para más inri-.
Conclusión: Se deben reconducir estos comportamientos anormales. Lo que es sólo un equipo de fútbol no debe ser más que eso: lo demás sobra, dicho todo esto sin ánimo de ofender a los hinchas y sin animus iocandi.

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