Francisco Ayala García-Duarte,102

El escritor Francisco Ayala es homenajeado en Granada

Es un honor para esta página lanzar un post en homenaje a la más grande gloria de las letras viva, Francisco Ayala, y lo hacemos hasta por motivos higiénicos en una página que suele hurgar en las, a veces, aguas malolientes de la política e incluso en ocasiones transitar por los sumideros de la sociedad que discurren a través de la televisión basura que antes que desaparecer se regenera a sí misma, inventando tantos programas abyectos y algunos otros que sobreviven haciendo una disección de los mismos en un equilibrio que tarde o temprano termina por romperse. Así que por un día dejemos los navajeos de los políticos, las puñaladas traperas que se propinan entre ellos, sobre todo los que se agrupan bajo las mismas siglas, y los trapicheos de alcoba a que también contribuyen los que pretenden mantenerse distantes, haciendo incluso gala de una supuesta, en otros tiempos, influencia en reales casas.

Francisco Ayala, además de la producción literaria propiamente de creación (Muertes de perro, El jardín de las delicias,) aporta también ensayos sobre sociología. Así reúne en un volumen, el 4º,de más de 1.200 páginas su Tratado de sociología y su Introducción a las ciencias sociales, dos títulos escritos en su largo exilio . El 1º es el desarrollo de la sociología hasta la Segunda Guerra Mundial : “Como si nada hubiese cambiado, volvieron a ponerse en circulación las mismas ideas que desde finales del siglo XVIII habían servido para facilitar el tránsito desde la monarquía absoluta a la democracia burguesa, y se reimplantaron los mecanismos jurídico-políticos entonces diseñados para tal fin”, sigue aún vigente.

Ayer presidió la apertura en Granada del festival Hay Alhambra en que circulan las propuestas que proceden de los países árabes ,hilo conductor de esta convocatoria. ¿Les suena lo de la Alianza de Civilizaciones? Se despachó a gusto, de la siguiente manera:” Estoy emocionado de que a esta edad tan avanzada, cuando ya uno tendría que estar olvidado, si no sepultado, me acojan ustedes y tengan la curiosidad, lo que me permite volver a mi tierra y a un sitio tan privilegiado, de ver si aún vive uno y de ver si ese uno dice unas palabrillas con toda su buena voluntad, y el prodigio de ver que esto no se acaba. Y aquí estoy. La última palabra la digo yo y la última palabra es muy sencilla: estoy harto de Francisco Ayala». Seguramente enfadado con el Ayala que ya no escribe.

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