La AVT podrá decir lo que quiera pero nos parece una exageración que considere a FJ Losantos «una luz de esperanza», en la línea de las metáforas lumínicas que tanto abundan entre los que quieren confundir al personal, a la mayoría ciudadana: “Faro de Occidente, o “la lucecita del Pardo” que velaba por el bien de los españoles.
Ha surgido pues con la estrella mediática -más luz- un lucero que alumbra desde Madrid, con las primeras luces del día a tantos oyentes que están sumidos en la oscuridad por mor de las políticas disgregadoras y del cambio de Régimen que está iniciando el diabólico, el señor de las tinieblas, Zapatero, en connivencia con la Corona y Rajoy.
Esta nueva definición de Losantos es por su apoyo a las víctimas del terrorismo y su compromiso con la búsqueda de la verdad de los atentados del 11-M. Estos destellos de luz lo hacen también extensibles a las personas y medios de comunicación que, en un ambiente que podría calificarse de desértico, intentaron apoyar la memoria y la dignidad con las víctimas del terrorismo. Por lo tanto, las víctimas están eternamente agradecidas al periodista «por toda su dedicación y empeño en la defensa de sus derechos».
De todo ello se deduce que siguen creyendo que las trabajosas y largas deliberaciones de la justicia por aclarar la tragedia del 11-M para esta parte de las víctimas, politizadas con malas artes por quienes todos sabemos, no han tenido ningún valor pues los principales autores no han sido condenados, o que consideran a Losantos como el adalid de la libertad de expresión y que, además, está sufriendo persecución por la justicia. Pareció que con la dimisión de Alcaraz, quemado por el cargo y por la necesidad de atender a sus negocios, esta organización iba a tomar otro rumbo. Debería imitar el ejemplo del PP de Rajoy que se quiere quitar de encima las influencias aznarinas o aznarianas y hacer lo propio con Alcaraz que a veces parece un personaje pintoresco o de sainete.