Sin Ligas, arrecia el gusto por las manifestaciones

M.Sistachmanifetación

Ayer manifestábamos el gusto que existe en España por las manifestaciones de todo tipo y entre las que incluimos no sólo las físicas, aquellas en que la gente gasta zapato y recorre las calles centrales de las ciudades aunque algunas como Madrid, rompeolas de las Españas, sea la más perjudicada pues en ella concurren finalmente todas: van abriendo boca, haciendo ensayos en las provincias hasta las traca final que es en la Castellana, Sol, la castiza calle de Alcalá, y la puerta del Sol y adyacentes a todas ellas que, en muchas ocasiones, servían de vías de escape cuando los señores de la porra y de las pelotas de goma se ponían nerviosos. Famosa fue aquella en la que el Cojo Manteca, que ya no está entre nosotros, con hábiles golpes de muleta estuvo a punto de no dejar ni una farola en pie. Antes, los que ya tienen algunos años, convertidos después en demócratas de toda la vida, lo hacían, enfervorizados en la plaza de Oriente, ante el faro de Occidente, que finalmente no dejó atado nada. Esta costumbre de concurrir en Madrid no la ha quitado ni el Estado de las Autonomías.

Así ayer se juntaron en Madrid una manifestación de un grupo”de estética antifascista” que se enfrentó a la policía a botellazos cuando intentaban reventar un acto que el partido de extrema derecha Democracia Nacional (DN) había convocado. O sea, dos que pensaban diferente. Y hubo botellazos, puñetazos y hasta un palo para un cámara de televisión, un paparazzo de la política.

También tenemos que recoger manifestaciones, estas de tipo verbal y en cierto modo en contra de los extremismos, a cargo del arzobispo Martínez Sistach, acerca de algunos programas de la radio de los obispos y en las que afirma que el programa de Losantos y algunos más, «no fomentan la concordia ni la serenidad, sino la agitación y la crispación». «En las diócesis catalanas, los obispos constatamos con dolor cómo algunos programas de la cadena contribuyen a la desafección de muchas personas respecto a la Iglesia, una repercusión negativa en la decisión de muchos contribuyentes a la hora de decidir las aportación tributaria a la Iglesia,”. Manifiesta su deseo de que sea la COPE un potente medio de comunicación, no un potente medio de generación de conflictos, de interferir en los debates internos de los partidos políticos o adoptar posiciones beligerantes en torno a estos. Parece que se expresa con claridad, aunque hoy lunes se nos haya pasado el conectar con la Coope para oír las reacciones de Losantos, si ya se ha recuperado del susto de verse sólo ante el peligro de la semana pasada.

No podemos incluir aquí las manifestaciones sobre el particular de Carlos Amigo, de José Blanco o del juez Garzón, unas en la línea de Sistach y otras en las de Rouco, que de todo debe haber en la Viña del Señor.

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