Las quejas y lamentos del señor juez

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Fotos de los tres magistrados que intervinieron en el caso Gómez Liaño

Evidentemente, el juez que fue juzgado sin imparcialidad según el TEDH, es un ser humano que tiene su alma en su almario, ¿ o armario?, y todavía rezuma por la herida  no cerrada, una vez que el TS lo condenó por un delito continuado de prevaricación. Como ya hace tiempo de aquello, recordemos que se le condenó porque mientras investigaba a Sogecable dictó a sabiendas y para perjudicar al empresario, suponemos que Polanco, tres resoluciones injustas. Hay que decir en su favor que el ponente inicial del caso consideró la sentencia insólita y anómala, alegando que aunque Gómez de Liaño parezca un iluminado no duda de su honestidad, aunque Bacigalupo y García Ancos tuvieran otra opinión.2 a 1 en su contra.

En su día se querelló contra los dos y pidió el indulto que le concedió Aznar, Julio Anguita, del PCE, abrió una suscripción popular para pagar la multa aneja a la sentencia y al fondo Pedro jota. Fueron los inicios de la derrota dulce de Felipe González y de los contubernios para desalojarlo, aunque a la vista de lo que ocurrió en los últimos años de su gobierno, el pueblo ya había decidido quitarlo, sin que hubiesen hecho falta los conspiradores de corte novecentista.

Ahora, después del dictamen del TEDH, escribe una especie de epílogo, en tono mesurado, aunque atacando a los dos magistrados y sus pésimos pensamientos que convirtieron su banquillo en un patíbulo, ya que tenían tomada la decisión de condenarlo antes de que comenzara el juicio. Afirma que el proceso que sufrió no aspiraba a ser más  que la crónica de una cabronada judicial,  vivida paso a paso, sin caridad, como la injusticia misma suele discurrir aunque, pese a todo lo ocurrido y a los continuos ataques recibidos, el juez subraya que destierra cualquier tipo de rencor de tal acción, todo nutre y lo que no mata, tonifica, (¿o engorda?)

Como estamos de retrospectivas también se recuerda estos días lo que dijo Zapatero, cuando estaba en la oposición, acusando al Gobierno de Aznar de desfachatez por conceder el indulto a Javier Gómez de Liaño, tratando de ocultar el nombre del magistrado entre las casi 1.500 medidas de gracia presentadas. No creemos que no supieran que todo el mundo estaba pendiente de tal acción, aunque a veces los gobernantes prepotentes tratan al pueblo, como «si sería» imbécil. Bueno, hemos entrecomillado la forma verbal porque así tratan al castellano en algunas regiones: por sus atributos testiculares quieren relegarlo oficialmente.

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